Antes de ser una figura conocida en los medios de Argentina, Jacobo Winograd tuvo una adicción al juego que lo llevó a hacer saltar la banca dos veces en el casino de Mar del Plata. Hoy en día, a pesar de mantenerse alejado de las apuestas y llevar una vida normal, se considera un ludópata en recuperación.

La adicción de Jacobo Winograd a la ruleta tuvo fin cuando nació su hija.
Quién es Jacobo Winograd: los orígenes de una celebrity argentina
Jacobo Winograd se volvió sumamente famoso en la década de 1990, cuando comenzaron a invitarlo desde numerosos programas de televisión. Entre sus participaciones más recordadas está la de “Mediodía con Mauro”, conducido por el presentador Mauro Viale.
Pero antes de esas épocas de fama y glamur, la vida de Jacobo Winograd había sido muy distinta. En numerosas entrevistas recuerda su infancia en el asilo de la AMIA y luego en la calle, sin soporte familiar, y muchas veces pasando hambre.
Comenzó a merodear los teatros y se logró ganar la vida abriendo las puertas de los autos. De a poco los actores y actrices de la época comenzaron a reconocerlo y a darle ayuda. En distintas conversaciones ha mencionado a Carmen Barbieri, Facha Martel y Moria Casán entre quienes le tendieron una mano.
De a poco fue construyendo relaciones y logró montar una empresa de alquiler de autos dentro del Hotel Sheraton. Esto le permitió establecer un capital inicial y contratar empleados. Pero antes de dar el salto a la farándula debería atravesar el gran drama de su vida: la adicción al juego.
Las aventuras de Jacobo Winograd en el Casino de Mar del Plata
Fue en esa época de fines de la década de 1980 que la intensidad de Jacobo Winograd con la ruleta llegó a su punto más alto. Dio la vuelta al mundo explorando estrategias para ganar y finalmente estableció su propio método, que decidió poner en práctica en el Casino de Mar del Plata, uno de los más conocidos del país.
Cuenta que, en el verano de 1986, ingresó en la sala de juego con sus empleados de la rentadora de autos. Para Jacobo Winograd la estrategia de ruleta funcionaba cuando había varios jugadores congeniados. Por eso es que les dio instrucciones sobre qué apostar y cómo hacerlo.
Los otros debían saber qué números jugaba Jacobo Winograd para hacer sus apuestas, aunque las elecciones eran siempre entre el 22 y el 36. Como ha dicho más de una vez, sus sueños más alocados era que saliera el 32 en la ruleta.
Y el intento resultó: hizo saltar la banca del Mar del Plata ese día y repartió el dinero afuera con su grupo. Para el otro día, ya tenía el acceso prohibido. Sin embargo, el resto del equipo sí pudo ingresar. Winograd se trepó a un árbol y desde una ventana, y con la ayuda de un walkie-talkie, dio instrucciones sobre cómo jugar.
Otra vez: doble salto de banca en dos días. Se dice que la alegría fue tal que se cayó de su posición en la ventana y se rompió el coxis. Una pequeña desgracia que no empañó lo que siempre había querido: ganarle definitivamente al casino.
Una victoria ambigua y con gusto a poco
Sin embargo, y pese a su experiencia exitoso, Winograd advierte que las ganancias del casino se disipan con la misma facilidad con que llegan. Además, advierte que los ludópatas siguen apostando incluso después de ganar suficientes veces.
Su relato y reflexión lo hace posicionarse en el lugar de un adicto en recuperación permanente. Winograd pone como punto de inflexión el nacimiento de su única hija, hace un cuarto de siglo. El momento en que supo que su vida no podía girar más en torno a la ruleta. Una salvación que llegó en la hora justa.