El fuego cruzado entre Israel e Irán ha causado bajas en la cotización de las principales criptomonedas, en tanto que los inversores se refugian en activos tradicionales. MicroStrategy salió a comprar más de mil millones de dólares en bitcoin en medio de la inestabilidad de los mercados.

Caen bitcoin y Ethereum por la intensificación de los conflictos armados.
Ante la guerra, baja el valor de las criptomonedas
A partir del 13 de junio, Israel e Irán han estado intercambiando hostilidades, con bombardeos en puntos estratégicos de cada país. Los hechos han tenido innumerables consecuencias. En el plano financiero, el primer factor en notarse fue el descenso en la cotización de las criptomonedas.
De hecho, el primer día de los bombardeos, bitcoin experimentó una caída del 5% en 24 horas, al llegar hasta los US$102.822. El mismo curso siguió Ethereum, la segunda criptomoneda con mayor demanda, que pasó de US$2.869 a US$2.450 en la misma jornada, con un descenso del 11%.
En esta arrastrada cayeron casi todas las demás criptodivisas del mercado. Por ejemplo, la baja en Ethereum aceleró la contracción de sus altcoins asociadas, como Solana (SOL), Polygon (MATIC) y Avalanche (AVAX). En contraposición, las criptomonedas vinculadas con la privacidad, como Monero y Zcash, vieron un inesperado empuje.
Los conflictos geopolíticos son una de las fuentes que activan la alta volatilidad de las criptomonedas. Así se ha constatado en varias fuentes, entre ellas el estudio publicado el año pasado por André Dragosch, jefe de Investigación para Europa en Bitwise.
La entrada en acción de Irán ha cambiado la percepción de los grandes inversores. A diferencia de Palestina, contra el que Israel había estado confrontando hasta ahora, Irán está en camino a convertirse en una potencia nuclear. Motivo por el que hasta Estados Unidos ha levantado la cabeza.
Tanto es así que el presidente Donald Trump ha amenazado con tomar medidas bélicas si Irán no comparece ante los términos de Israel. Se estima que uno de los objetivos del mandatario, fuertemente asociado con la industria de las criptomonedas, es salvaguardar la paz financiera que sostiene la política monetaria de su gobierno.
Recuperación y expectativa ante las tensiones internacionales
Para fines de la semana pasada, las cotizaciones de las criptomonedas retornaron a sus flujos estándar, aun cuando Irán e Israel siguieron intercambiando bombas. La recomposición se dio por el retorno de la confianza de los inversores, pero también gracias a medidas puntuales de grandes tenedores.
El ejemplo más evidente es el de MicroStrategy, la empresa estadounidense de inteligencia artificial de Michael Saylor. En medio de la caída de precios, tomó la decisión de comprar US$1,05 mil millones en bitcoin, que representan BTC 10.100 unidades. Un fortísimo flujo que le devolvió vitalidad al activo.
Desde la firma no se ha comunicado que la inversión haya tenido el objetivo de levantar la cotización. Sin embargo, está claro que los pozos de valor en bitcoin son los momentos clave en los que MicroStrategy hace sus compras más voluminosas. Esto forma parte de una estrategia a largo plazo.
De todas maneras, está claro que la apreciación de bitcoin beneficia a MicroStrategy. Cuanto mayor sea el valor de la criptomoneda, más fuertes estarán las acciones de la empresa. Se trata de un círculo mediante el cual el capital genera más capital solo a partir de la especulación de los mercados.
En cuanto al desempeño de las criptomonedas en las próximas semanas, se espera que su recuperación se siga sosteniendo. No obstante, eso dependerá en gran medida de cómo evolucione el conflicto. Queda claro que una escalada sería muy perjudicial; algo que no se desestima, por completo, ante el complejo escenario.
Ya grandes potencias bélicas como China se manifestaron en apoyo de Irán, en tanto que Israel cuenta con el sostén armamentístico de Estados Unidos. Las tarifas de Trump, la guerra comercial entre Occidente y Oriente, y el aumento en presupuesto para defensa en la Unión Europea son todos síntomas que no dan señales tranquilizadoras para el futuro.
Los inversores se refugian en los activos tradicionales
Los sismos geopolíticos han tenido otro resultado evidente en las finanzas: el movimiento de los inversores hacia el oro y los activos menos volátiles. Tanto es así que el oro ha visto aumentos en su cotización por onza de 1% al día desde el comienzo de los bombardeos entre Israel e Irán.
Los bonos del Tesoro de Estados Unidos y Alemania son otro de los refugios de los inversores. A pesar de que el incremento en la demanda de estos activos hace que bajen sus intereses, los grandes capitales resignan rédito para asegurarse cierta estabilidad.
El yen japonés y el franco suizo son otros de los recursos elegidos, dada la muy baja inflación de esos países. También se ha visto mucho movimiento hacia el petróleo y las acciones de empresas energéticas.
El resurgimiento del oro no implica consecuencias negativas para las criptomonedas, sino que habla del estado de la economía en la actualidad, teñida por la incertidumbre financiera. Si los procesos siguieran acentuándose, bitcoin no sería el activo más perjudicado, puesto que se lo considera la “reserva” de las criptomonedas.
Sin embargo, otras divisas menos favorecidas podrían ver golpes irreversibles. Los tenedores están siguiendo minuto a minuto lo que sucede en Medio Oriente, dispuestos a retirar el capital de las inversiones más volátiles para atrincherarse rápidamente en activos más seguros.