El senador John Keenan ha presentado un proyecto de ley que busca establecer restricciones para el desarrollo de las apuestas deportivas en Massachusetts. Incluye la prohibición de las apuestas en directo, límites de ingresos por usuario y la mayor escalada impositiva de la industria del juego en Estados Unidos.
Un proyecto de ley en Massachusetts podría hacer que el estado se quede sin apuestas deportivas en directo.
Una ley que podría cambiar el paradigma de las apuestas deportivas
Un proyecto legislativo podría sentar un precedente inusitado en los Estados Unidos. Se trata de la propuesta ingresada por el senador John Keenan en Massachusetts, en la que se estipulan medidas aun más estrictas que las que existen hoy en día para la industria.
El proyecto lleva el nombre de “Ley para abordar los daños económicos, de salud y sociales causados por las apuestas deportivas”. Ya desde el título se presenta el juego como un problema, y el desarrollo de la legislación está relacionado con poner límites en todas las direcciones posibles.
Uno de los aspectos más resonantes es que el senador Keenan propone prohibir las apuestas deportivas en directo. Se trata de una modalidad en la que las cuotas se van modificando a medida que transcurre el encuentro. Según el equipo del senador demócrata, es el área que genera mayores riesgos.
Esto se debe a que cierto perfil de usuarios se dejan llevar por la pasión que suscitan los favoritismos deportivos y así pierden dinero de manera desmedida. Por es que el paquete de modificaciones incluye el fin de la publicidad deportiva durante el transcurso de los eventos en la televisión.
La intención del proyecto es minimizar el contacto de la sociedad, y sobre todo el público joven, con las apuestas deportivas. Desde luego, esto tiene como contrapartida cierto enfriamiento del sector, por lo que las críticas desde el empresariado no han tardado en llegar.
En general, se tilda al proyecto como excesivamente conservador, cuando en verdad las apuestas deportivas crecen porque aumenta sin parar su demanda. Además, desde las patronales de juego de Estados Unidos se habla de criminalización de la actividad, cuya explotación está definida por la ley.
Suba de impuestos, máximo de apuestas y más restricciones
Otro de los temas más polémicos es la suba de impuestos para el sector de las apuestas deportivas. Massachusetts es uno de los estados con más alto gravamen en la actualidad, con un 20% de los ingresos netos de juego, pero podría pasar al 51% de ser aprobada la ley.
De ser así, Massachusetts se convertiría en el territorio más oneroso para la industria dentro del país. La propuesta está sujeta a revisión de las cámaras, por lo que es esperable que se remita el pedido de adecuar el porcentaje a los estándares del mercado.
Sin embargo, una de las alas del Partido Demócrata insiste en que, al tratarse de una actividad no productiva y sin un fin social específico, su alta fiscalización es una necesidad. Sobre todo cuando se trata de un rubro que puede generar problemas de salud en la audiencia más vulnerable.
Al mismo tiempo, el proyecto de Keenan postula un máximo de US$1.000 diarios o US$10.000 mensuales en apuestas. Este nuevo límite es bastante inferior al que utiliza la mayor parte de los operadores del país.
El tope se podría extender si el cliente de la casa de apuestas presenta documentación que pruebe que no pone en juego más del 15% de sus ingresos mensuales. Esta sería la vara para medir la responsabilidad de los usuarios a la hora de apostar.
En relación con los aportes de las empresas operadoras, otra de las medidas supone la duplicación de la tasa para el juego responsable. Hasta el momento, la firmas contribuyen con US$1 millón al año, monto que pasaría a quedar fijado en US$2 millones.
Un estado que toma postura ante las apuestas
Massachusetts se ha caracterizado por ser uno de los estados más estrictos al momento de sancionar sus legislaciones para los juegos y las apuestas online. El proceso se dio en el año 2023, y el modelo tomó pautas de seguridad y verificación de la identidad que superaron las de otras jurisdicciones.
La supervisión también ha sido ejemplar. Una de las sanciones más relevantes fue la de BetMGM, la plataforma del grupo MGM de casinos, hoteles y entretenimiento. Se debió a la oferta de apuestas en mercados que no habían sido habilitados en Massachusetts.
El operador también presentó irregularidades en cuanto a los límites de apuestas, que están estipulados en la reglamentación vigente. Por estos motivos, la Comisión de Juego de Massachusetts (MGC, por sus siglas en inglés) realizó una investigación y solicitó información a la empresa.
Otro que ha estado bajo la lupa es DraftKings, uno de los gigantes del mercado nacional, cuya sede está en Boston. En este caso, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por su nombre en inglés) impuso una multa de US$200.000 a causa de cierta información confidencial compartida en la cuenta de la red social X por el CEO de la firma, Jason Robins.
De volverse efectivo, el nuevo reglamento pondría en la cuerda floja a algunos operadores que no se han consolidado de manera completa en el mercado. El aumento de los impuestos y los requerimientos de apuesta podrían significar una pérdida de calidad en los premios y las bonificaciones.
Las empresas han advertido que esto devendría en una migración de usuarios hacia la oferta clandestina, cuyos gastos operativos son muy bajos. Así pues, se trataría de un problema tanto para la rentabilidad de las casas de apuestas como para la seguridad de los usuarios.