Cómo fue el comienzo de CIRSA en la bolsa de valores de España

La empresa española de juegos y apuestas CIRSA, administrada por Blackstone, ha mantenido una cotización estable luego de su tan esperada salida a bolsa. Los expertos señalan que las acciones podrían ponerse en valor en el mediano plazo, sin una escalada significativa durante las primeras semanas.

Un hombre en traje tocando una campana de bolsa junto al logo de CIRSA.

CIRSA ya opera en las bolsas de valores de España.

Las condiciones iniciales para la salida a bolsa de CIRSA

Luego de años de intentos, finalmente el Grupo CIRSA ha salido a bolsa. La fecha de concreción fue el 9 de julio. Desde entonces no se han visto grandes cambios en la cotización de la empresa, aunque los expertos vaticinan que la subida podría ser un fenómeno a largo plazo.

La larga de CIRSA, según fue publicado en el sitio oficial de la firma, fue por €15 cada acción. Esto representa una cotización inicial de €2.520 millones. Solo el 18% de este total forma parte del capital flotante, es decir, de aquellas acciones que pueden ser negociadas libremente en la bolsa de valores.

El restante 82% sigue siendo capital duro, en manos de fundadores, directivos y representantes de Blackstone, el fondo de inversión de riesgo que controla CIRSA. La idea de mantener un capital flotante bajo es dotar de mayor volatilidad a las acciones, a partir de una liquidez limitada.

Sin embargo, la esperada volatilidad no se hace visto en los primeros días de CIRSA en la bolsa de España. Se esperaba que el furor por su salida al mercado de valores generara una gran repercusión, con la posibilidad de una escalada frenética en la cotización accionaria. Eso no sería algo infrecuente cuando una empresa de esta magnitud sale por primera vez a bolsa.

La cotización se disparó inicialmente un 6,6%, hasta rozar los €16 por acción. Así y todo, a lo largo de la primera jornada de CIRSA en bolsa, volvió a caer hasta los €15. Desde entonces no se han visto grandes cambios, con valores que han llegado incluso a los €14.99.

Este escenario mueve algunos fantasmas de las finanzas españolas, que la directiva de CIRSA no ha pasado por alto. Se trata de los casos de las dos últimas empresas que salieron a bolsa: Puig y Hotelbeds. La primera tuvo una reacción similar a CIRSA, con un leve aumento seguido de un aplanamiento decepcionante, pero peor fue el caso de Hotelbeds, que se desplomó hasta un 4% el primer día.

Expectativas por la entrada de CIRSA en el mercado de valores

A pesar del inicio moderado, incluso demasiado quieto para algunos, se espera que las acciones de CIRSA den buenos resultados en el mediano o largo plazo. En un comienzo la demanda de acciones fue superior a la oferta, lo que se llama “sobresuscripción”, pero esto no se ha plasmado en ganancias.

No es el caso más común para empresas que largan con estas condiciones. Cuando la Oferta Pública Inicial (IPO, por sus siglas en inglés) se sobresuscribe, la cotización de las acciones tiende a dispararse. Los expertos señalan que la demora en el despegue puede deberse a la escalabilidad de la oferta.

Puntualmente, CIRSA espera pagar deudas con lo reunido en la IPO, que fue de €521 millones en su lanzamiento. A partir de 2026 se ejecutará una política de repartos del 35% de los beneficios netos ajustados, mediante el pago de dividendos. Ese sería el detonante para ver una subida de valores.

El presidente de CIRSA, Joaquim Agut, describió la cotización inicial como un precio competitivo para llamar la atención de inversores. En verdad la empresa quedó bastante accesible en comparación con lo que ofrecen otros competidores en la Bolsa de España.

Con esto Agut espera consolidar un camino de alza en los próximos trimestres. CIRSA salió a bolsa con el apoyo de tres bancos contratados para este fin, que vienen trabajando hace más de un año en ello: Deutsche Bank, Barclays y Morgan Stanley.

El apoyo de estas entidades es determinante en caso de que la cotización no vaya como era esperado inicialmente. La capacidad de los grandes bancos expertos en finanzas garantiza que el valor no se desploma en sus primeros días en bolsa, y que las tendencias negativas se puedan revertir con la inyección de varios centenares de millones de euros, si hiciera falta.

Rumbo a una economía basada en las finanzas

El principal objetivo de CIRSA es pagar una deuda interna de bonos correspondiente a €375 millones. Un objetivo que parece asequible, dada la capitalización inicial del grupo. Pero para los nuevos objetivos la empresa ha dado un golpe de timón en su organización directiva.

Mientras que Joaquim Agut ha mantenido el puesto de presidente ejecutivo, varios otros puestos han cambiado. Se han sumado Paloma Beamonte, Bernard Cortijo, Arancha Díaz-Lladó, Rocío Fernández y Rocío Martínez-Sampere en el rol de consejeros independientes. Además, Blackstone puso a dos personas de su confianza como representantes: Lionel Yves Assant y Miguel García.

Está claro que el fondo de inversión estadounidense no quiere soltar el control de CIRSA, con su dominio del 80% del capital. En el toque de campana para el lanzamiento en la bolsa de Barcelona, estuvieron presentes los directivos de Blackstone de las oficinas de Londres.

En paralelo, las autoridades de la Generalitat de Catalunya no estuvieron en el evento. Un faltazo que se encuadra en las tensiones entre los distintos estratos del gobierno español y los fondos de inversión de riesgo, en un contexto de crisis habitacional impulsada por la especulación con inmuebles a gran escala.

El modelo de CIRSA viene a reforzar las tendencias que se ven en la economía contemporánea: la orientación hacia las finanzas como condición para el crecimiento. Un sistema cada vez menos sostenible, pero que no parece tener alternativas concretas a la vista.

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Jerónimo Corregido – Estafa.info – Editor jefe de la sección de noticias
CIRSA salió a bolsa con un valor de €15 por acción y la cotización aún no se ha disparado.