Crece el fraude en línea en Argentina: un síntoma de época

El crecimiento del fraude en línea en Argentina, lejos de ser un fenómeno aislado, forma parte del contexto de crisis económica y desocupación del país. En una sociedad con cada vez menos oportunidades, los esquemas Ponzi y las estafas piramidales ganan más seguidores.

Esquema piramidal de fraude representado sobre la bandera de Argentina.

Las estafas del tipo Ponzi son casi el 10% del fraude en línea de Argentina.

El fraude en línea en Argentina subió un 21,1% en 2024

La Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI) ha publicado un informe sobre la evolución en el ciberdelito en Argentina, con cifras detalladas sobre el año pasado. Allí se puede ver que el fraude digital creció un 21,1% en 2024, con 34.468 reportes recibidos por la autoridad.

Según el detalle de la UFECI, este salto contrasta con la disminución en las alertas de 2023. Así y todo, los datos en perspectiva permiten ver que el gran crecimiento de esta modalidad del delito tuvo un brote más que significativo a partir de la pandemia.

De una cantidad cercana a los 2.500 casos en 2020, la autoridad pasó a recibir más de 22.000 en 2021, y más de 32.000 en 2022. Es el decurso de una forma novedosa de estafa que utiliza los mismo engaños de siempre a través de los canales modernos.

En el desglose de ciberestafas, las clasificadas como fraude en línea han sido las más relevantes, con el 63% del total. Sumaron 21.729 casos. Le siguió la usurpación de la identidad, con 4.637 denuncias, que representaron el 13,5%. Luego estuvieron el acceso ilegítimo (8,3%), el phishing (4,5%) y el acoso digital (4,2%). Otras variantes aisladas implicaron el 6,4% restante.

Estafas que resuenan con estafas: el caso $LIBRA

El aumento del ciberdelito en general y del fraude en línea en Argentina resuena con casos muy cercanos que han ganado notoriedad, sobre todo el que involucra al presidente de la Nación, Javier Milei. Se trata de la megacausa $LIBRA, una estafa con criptomonedas que afectó a miles de inversores.

En la prensa argentina siguen resonando las cientos de denuncias que pesan sobre el presidente y su hermana, Karina Milei. Muchas involucran a la justicia de otros países, como Estados Unidos. Si bien la investigación aún sigue su curso, los hermanos estarían muy comprometidos.

El presidente había posteado en su cuenta de la red social X una promoción de la criptomoneda $LIBRA, a la que le atribuía la capacidad de impulsar la economía argentina. Esto hizo que una gran cantidad de personas compraran el token rápidamente.

Horas más tarde, los principales tenedores retiraron sus fondos y la cotización se desplomó. Esto representa un ejemplo de rug pull (“tirón de alfombra”), una estafa digital muy común en el mundo de las inversiones financieras. Se la puede prever porque la mayor parte de los activos iniciales están distribuidos en muy pocas manos.

Distintas autoridades judiciales investigan ahora los encuentros previos entre Javier Milei y los responsables directos de $LIBRA: Hayden Davis, el fundador del proyecto, y Julián Peh, CEO de KIP Protocol.

El fantasma de Ponzi recorre Argentina

El caso del presidente no es el único antecedente próximo en la memoria Argentina. El año pasado hubo una gran conmoción por el escándalo de RainbowEx, una plataforma que engañaba a la gente disfrazando de inversión en criptomonedas lo que era, a todas luces, un esquema Ponzi.

Ofrecían un retorno del 2% diario en dólares, algo que, para una persona con ciertas nociones de finanzas, ya debería resultar sospechoso. Sin embargo, RainbowEx, bajo administración de la firma fantasma Knight Consortium, convenció a decenas de miles de personas, entre ellas un tercio de la población de San Pedro, en la provincia de Buenos Aires.

Por el caso se iniciaron numerosas demandas. Tan solo el abogado Adolfo Erdaire representó más de 200 casos. Así y todo, los damnificados no han recuperado su dinero.

Las estafas Ponzi se caracterizan por las ofertas de alta rentabilidad y las pocas alternativas de retiros. No se trata de una inversión real, sino que los intereses de los tenedores se pagan con los ingresos de nuevos usuarios a la red. Una modalidad que no es para nada sostenible, y que deja todo el sistema librado a la voluntad de pocas personas, en ocasiones solo una.

Dentro de la categoría fraude digital, las estafas Ponzi representaron el 10% en 2024, según la UFECI. Una señal de que el delito está creciendo.

Fraude en contexto: qué pasa en el país

La escalada del ciberdelito en Argentina parece haber tenido como origen la pandemia, cuando se radicalizaron los comportamientos digitales de gran parte de la población mundial. Pero esa no es la única variable que afecta el crecimiento de las estafas virtuales.

En una sociedad con índices de desocupación crecientes, y donde se pronuncia cada vez más la caída en el consumo, no es extraño que las personas más vulnerables confíen en cualquier promesa de salvación económica. Aun cuando tenga todas las señas de una estafa.

¿De qué otra manera se explica que en 2024 haya habido más de 2.000 denuncias registradas sobre redes Ponzi? Y eso solo representa los fraudes que fueron llevados a la justicia; la mayor parte permanece en silencio.

Alfabetización digital, la estrategia contra el fraude

Otro de los factores determinantes en el aumento del ciberdelito es la gran brecha digital entre generaciones. Mientras que los jóvenes son nativos digitales, hay una enorme población mayor que todavía siente la dificultad del salto tecnológico.

Para esa proporción de la sociedad, las estafas de phishing y las comunicaciones oficiales de los bancos pueden lucir exactamente iguales. También puede dar lo mismo invertir en una app con licencia que hacerlo en una sin ningún tipo de regulación.

En contraposición, los ciberdelincuentes están cada día más avezados. La implementación de la inteligencia artificial ha dado lugar a deep fakes que implican la simulación de la voz y hasta la imagen de personas. Algo que se está utilizando para falsos secuestros y otro tipo de estafas.

Por eso es que una de las vías para reducir el delito virtual es realizar campañas nacionales de alfabetización digital. Es injusto exigirles a los mayores que hagan sus trámites desde el celular cuando no se les dan las herramientas para comprender las nuevas metodologías.

Saber cuándo un email proviene de una entidad oficial y cuándo es correo basura; reconocer una oportunidad de inversión de un engaño liso y llano; identificar los riesgos de compartir información personal… Con muy poco se pueden prevenir estafas enormes. Socializar esos conocimientos sería un gran avance para la seguridad de los argentinos.

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Jerónimo Corregido – Estafa.info – Editor jefe de la sección de noticias
En 2024 crecieron las estafas digitales en Argentina: más de un 20% en relación con el año anterior.