Los documentos sintéticos son una técnica de estafa que mezcla datos reales con datos inventados para crear una falsa identidad y llevar a cabo fraudes. Se utiliza para sacar créditos en bancos y para maniobras de lavado de dinero en plataformas de juego online, entre otros delitos.

El uso de identidades falsas tiene por víctimas a las entidades financieras.
Estafa de la falsa identidad: algunas claves para su observación
La cantidad de fraudes relacionados con la falsedad de la documentación son innumerables y todo el tiempo aparecen nuevas tipologías. En este caso se trata de la creación de una falsa identidad a través de documentación híbrida, es decir, mitad falsa, mitad real.
A esto se le ha dado en llamar “documentos sintéticos”. Suelen partir de un número de seguridad social verdaderamente registrado en el sistema público. En la mayor parte de los casos, los estafadores toman el código de una persona fallecida o menor de edad.
Sobre esta premisa real se añaden datos inventados para construir las identidades falsas: nombres, fechas de nacimiento, direcciones de residencia. Un conjunto de información que resulta suficiente para pasar las etapas iniciales de casi cualquier trámite.
Al fraude también se le pueden añadir elementos como partidas de nacimiento falsificadas, currículums, o cuentas en redes sociales con fotos de terceros. Otro elemento que entra en juego es el SIM swapping, es decir, la duplicación de líneas de telefonía móvil para generar estafas.
A diferencia de otras formas del robo de la identidad, esta categoría se caracteriza por su naturaleza mixta. Mientras que en otros fraudes la identidad se suplanta de manera total, en este caso solo se toma lo mínimo e indispensable de un ciudadano, mientras que el resto es inventado.
Para qué se usa un documento sintético y quiénes son las víctimas de la estafa
Con un documento sintético es posible realizar múltiples procedimientos: contratar un servicio, firmar un contrato, abrir una cuenta en una plataforma online. Pero aún hay más: se puede tomar créditos en bancos y solicitar préstamos en entidades habilitadas.
Claro está, una vez que el falsificador se llevó el dinero, el prestador no volverá a saber de él. Cuando lo busquen, encontrarán que usó una falsa identidad para el trámite: no vive donde se supone que lo hacía, no hay registros de bienes ni servicios a su nombre, simplemente no existe.
La persona de la que se tomó el dato verdadero, como el número de teléfono o el código de seguridad social, no tiene responsabilidad legal sobre el fraude, y tampoco se la considera víctima. Esa es otra particularidad de la estafa con identidades falsas: quienes salen perdiendo son las entidades financieras, no los usuarios finales.
Pero un documento sintético también puede ser usado para otros delitos, como el lavado de dinero. Un estafador puede utilizar datos híbridos para crear una cuenta en un casino online y así mover fondos de un lugar a otro. En esos casos se suelen utilizar plataformas clandestinas, que tienen muchos menos controles.
El mapa de las identidades híbridas en América Latina
Este es un delito que se está viendo sobre todo en Europa y Estados Unidos. Por sus características, requiere de una sociedad con la mayor penetración tecnológica posible, en vistas de que se vale de datos digitales.
Sin embargo, ese no es la única clave. Países como Chile y México, que tienen una alta penetración tecnológica, no ha reportado tantos delitos de esta índole como Argentina, México o Colombia. En ese sentido, se debe dar una combinación de factores para que prosperen las estafas de las falsas identidades.
En Argentina, se suele robar la Clave Fiscal – ARCA de los usuarios para realizar el fraude. En México lo que se usa en general es la Clave Única de Registro de Población (CURP), mientras que en Colombia es el NIT (Número de Identificación Tributaria). Todavía no hay protocolos específicos para combatir este fraude en ningún país de la región.