El pasado Black Friday se repitió la estafa de skimming digital, que consiste en robar los datos de cuenta bancaria cuando se hacen compras online. También hubo casos de estafas románticas, cambios de nómina y todo tipo de phishing. Los estafadores se aprovecharon de la oleada de consumo virtual.

El skimming fue la gran estafa del Black Friday en España.
Skimming: la principal estafa del Black Friday
En el último Black Friday en España se dio la esperable cadena de estafas, sobre todo aplicadas al consumo digital. Cada vez que hay una fecha de estas características, en la que se ve un aumento marcado en las compras, escalan también las cifras de robos y fraudes.
Este Black Friday, la estafa más vista fue el skimming digital. Se trata de una práctica delictiva que comenzó aplicándose a tarjetas de débito y crédito tradicionales, y ahora ha pasado al campo virtual.
Inicialmente, el skimming consistía en un lector falso, llamado en inglés “skimmer”, que tomaba los datos de las tarjetas de los cajeros automáticos o de tiendas comerciales. Así se robaban los números bancarias, incluyendo la fecha de vencimiento y el PIN. Un robo completo.
Ahora esto ha pasado a la vía online a través de las infecciones en sitios de compra y venta. Un hacker ingresa en el sistema y le inyecta un código, que no es más que un skimmervirtual. De esta forma, cuando los clientes ingresan a realizar el pago, le están dando todos sus datos a un tercero, sin que el vendedor lo sepa.
La información robada se envía a un servidor remoto, que resulta imposible rastrear. La víctima no se da cuenta de lo que sucede hasta que comienzan a aparecer transacciones sospechosas en su cuenta o directamente desaparecen los fondos.
Otras estafas relacionadas al Black Friday
Los días previos al Black Friday la Policía Nacional lanzó una campaña sobre las posibles estafas relativas a las compras online. Además del skimming, incluyeron fraudes como la estafa romántica, que consiste en simular una identidad digital para sacarle dinero a una víctima, y la estafa del hijo en apuros.
A pesar de la alerta, el Black Friday implicó una escalada en las denuncias por phishing y smishing, dos de los delitos digitales más frecuentes. El phishing se da cuando un estafador simula ser una empresa o tienda para extraer datos sensibles de los clientes.
El smishing es similar, pero su característica distintiva es la utilización de mensajes de texto. Ambos fraudes están dentro de lo que se conoce como ingeniería social, que corresponde a la manipulación de los usuarios para que caigan en trampas. La clave es el robo de datos sensibles.
Desde la Policía Nacional y el Ministerio del Interior señalaron que en España se está viendo un crecimiento en las estafas. Hay una gran variedad de tipologías, que apuntan a distintos rangos etarios y perfiles sociales. Así, los delincuentes están logrando personalizar la modalidad de fraude.
Incluso se ha puesto el foco en la estafa de los likes, que se hace pasar por una oferta de empleo informal. La víctima cree estar trabajando, e incluso llega a recibir algunos pagos, pero eventualmente es manipulada y acaba invirtiendo dinero que nunca recupera.
El Black Friday y otras fechas de riesgo
Los días asociados al consumo masivo, como el Black Friday, son el blanco ideal para las estafas. La Navidad, Nochevieja y el Día de Reyes son otros puntos críticos. Los expertos aconsejan no introducir datos personales en ningún sitio web que parezca dudoso.
Algunas señales de que la plataforma puede estar infectada son: un diseño fuera de lo común, errores en logotipos oficiales, cambios inesperados en la URL de la página, pestañas emergentes y ofertas extravagantes.