La estafa en la Lotería Argentina que reveló un fraude profundo

En 1942 un grupo de jóvenes llevó a cabo una serie de amaños para ganar la Lotería Nacional, y las investigaciones revelaron fraudes más estructurales. Un diputado de la Unión Cívica Radical descubrió que la entidad había estado desviando fondos de manera irregular durante años.

Sorteo de lotería antiguo en una plaza en la Argentina del 1942 y gran asistencia de público.

La historia de la Lotería Nacional en Argentina, marcada por el fraude.

Los jóvenes que dieron vuelta la Lotería Nacional

Hoy parecerá algo prehistórico, pero en un pasado no muy lejano los números que salían en la lotería eran cantados en voz alta, en una plaza pública, por jóvenes locales. Era una tradición tomada de Europa y continuada en Argentina. Algo pintoresco, sin dudas.

Aunque no libre de riesgos. Después de todo, ¿no es poco sensato confiarle semejante tarea a un grupo de muchachitos? La historia de lo que pasó en la Lotería Argentina de 1942 ilustra esto mejor que ninguna otra escena.

El grupo de jóvenes que cantaba los números, liderado por Miguel Ángel Navas y Nicolás Praino, se organizó para tramar un golpe maestro. Con la colaboración de un ebanista, falsificaron una bolilla y probaron cambiarla al momento del sorteo. Fue un premio moderado, de 5 mil pesos, que sirvió para poner en marchar la estratagema.

Pronto fueron por más, y diagramaron el mismo plan para sorteos de premios mayores. La meta era quedarse con el Gordo de Navidad de ese año, valuado en 6 millones de pesos. Pero el destino quiso que no llegaran hasta ahí.

Hasta que se pisaron el palito

En realidad, podrían haber logrado lo que se propusieran. Quizás no fue el destino el que lo impidió sino la propia arrogancia de los muchachos, que alardearon sobre su operativo con familiares y amigos. Para su segundo golpe habían elegido el número 31.025, pero la información trascendió y medio país se puso a buscar ese billete. El premio era nada menos que de 300.000 pesos.

Tal fue la locura que hubo personas que viajaron a otras provincias para conseguir el número, y los pasadores de quiniela dejaron de vender el 025. Todo un suceso, que pasó inadvertido en el propio sorteo. Los muchachos entregaron el número 31.025 al escribano y la vida siguió su curso.

Hasta el día siguiente, cuando el diario Crítica sacó a relucir el fraude en su portada y todo se acabó la banda de Navas y Praino. En tiempos de estafas digitales permanentes, lo que hacían los muchachos parece casi una travesura, pero en su momento desencadenó un escándalo sin precedentes.

Un fraude que iba mucho más allá

Ese fue el puntapié para que las autoridades comenzaran a profundizar sus investigaciones sobre la Lotería Nacional. En particular, fue el diputado santafecino Agustín Rodríguez Araya, profundamente enemistado con el gobierno de Marcelino Ortíz, quien se puso al frente de las pesquisas.

El funcionario fue desentramado una serie de irregularidades demasiado frecuentes, tanto en la Lotería Nacional como en todas las áreas del Estado, durante la época que hoy se conoce como “década infame”: una constante desviación de fondos públicos a cuentas personales.

El mismo gobierno de facto que en 1930 había derrocado al presidente radical Hipólito Yrigoyen fue el que gobernó el país hasta 1943. Su modus operandi fue siempre el mismo: el fraude electoral y la coerción.

Los muchachos cantores de números fueron condenados a prisión luego de la denuncia de Araya, pero salieron al poco tiempo. Los responsables de la corrupción en la Lotería Nacional nunca fueron juzgados. “Cazar a los perejiles”: una de las continuidades evidentes en la historia del Justicia argentina.

Jerónimo Corregido – Estafa.info – Editor jefe de la sección de noticias
Las investigaciones por las trampas en la Lotería de 1942 revelaron un fraude más profundo en el gobierno argentino.