Carlos Ponzi llegó de Italia a Estados Unidos con las esperanzas de los inmigrantes del siglo XX, sin saber que patentaría un fraude histórico: la estafa Ponzi. No solo acabó preso por este sistema, sino que dejó sin dinero a las miles de personas que habían invertido en su esquema basado en humo y promesas.

Carlos Ponzi fue el rostro de la estafa piramidal más conocida de la historia.
Estafa Ponzi: el origen de un fraude que está más vigente que nunca
Carlos Ponzi podría haber tenido la vida de cualquier otro inmigrante italiano en Estados Unidos a principios del siglo XX. Una vida marcada por el trabajo, el ahorro, el sacrificio, incluso el enriquecimiento y la prosperidad. Sin embargo, su camino fue mucho más sinuoso y dio inicio a lo que hoy se conoce como estafa Ponzi.
Claro que la tipología de fraude ya existía, pero Carlos fue quien la llevó a su grado máximo de magnitud y notoriedad. En 1918, por casualidad, Ponzi recibió un Cupón de Respuesta Internacional (IRC por su nombre en inglés), enviado desde España. Así descubrió que estos sellos tenían un valor diferente según su país de emisión.
Esto le dio la idea de comprar IRC más baratos en el extranjero y revenderlos en Estados Unidos, con lo que alcanzaba una ganancia del 400%. Un negocio en el que, cuanto más capital se invertía, más retorno habría. Todo sostenido sobre especulación y aprovechando los puntos ciegos del sistema financiero.
De esta forma, comenzó a atraer inversores con la promesa de que en 45 días tendrían un retorno del 50%, o bien del 100% en 90 días. Y así fueron los primeros días de la estafa Ponzi y cómo consiguió hacerse tan famosa. Obviamente, el esquema causó furor y mucha gente depositó dinero.
Los primeros inversores obtuvieron sus ganancias, tal como estaba previsto. Este retorno se pagaba con el dinero de las personas que estaban comenzando a invertir. Es el núcleo de la estafa Ponzi: los intereses se van pagando con los nuevos depósitos. Un sistema para nada sostenible, que puede estallar en cualquier momento.
Para 1920, Ponzi recaudaba hasta 250.000 dólares al día y llevaba una vida de lujos y excentricidades. Esto llevó a que la prensa comenzara a investigar. Primero fue el Boston Post, luego también otros medios focalizaron sobre Ponzi. Ante los rumores, los inversores empezaron a reclamar sus depósitos.
Aunque, claro está, no había nada que devolver: no existían IRC que sostuvieran el valor de las inversiones. Detrás del dinero no había nada. La primera estafa Ponzi estaba cerrada: un fraude por más de 20 millones de dólares (en montos de hoy, más de 300 millones).
¿Qué pasó con Ponzi tras la estafa?
El esquema de Ponzi era una estafa piramidal: no había ningún sustento para las inversiones, simplemente se generó una ola de especulación por los altos intereses del supuesto negocio. Cuando los inversionistas quieren obtener su depósito de regreso, es imposible devolverlo y la farsa se derrumba.
Entre 1920 y 1934, Carlos Ponzi pasó su vida entre juicios o tras las rejas. Fue condenado por varios cargos, hasta que lo deportaron a Italia. En 1939, siguió su itinerario de inmigración, esta vez con destino a otra parte de la amplia América: Río de Janeiro, en el corazón de Brasil.
Sus últimos años estuvieron lejos de ese halo de glamur que se había formado como estafador en Estados Unidos. En Brasil, debió ganarse la vida trabajando y acabó muriendo en la pobreza, en un hospital de caridad, a comienzos del año 1949.