Dopamina en juegos de azar y/o apuestas: ¿por qué nos atrapan?

La dopamina y el juego están estrechamente vinculados. De hecho, los juegos de azar y las apuestas explotan el sistema de recompensa para generar dependencia. Un engranaje que puede resultar muy riesgoso para personas con vulnerabilidades y patrones adictivos. De ahí la importancia de los protocolos de juego responsable

Cerebro humano con señales de dopamina y elementos de casino como ruleta o fichas.

La adicción a la dopamina genera cada vez más repercusiones en el juego.

Algunos datos sobre la dopamina y el juego

La dopamina es una de las sustancias que actúa en el cerebro para producir placer. No lo hace de manera directa, sino que activa la motivación y el deseo por cierto sustancia o actividad.

Si bien su función parece estar vinculada a comportamientos instintivos que colaboran con la supervivencia de la especie (como alimentarse o reproducirse), también está ligada a diversas sustancias adictivas. Pero no solo se trata de una cuestión de consumo: algunas actividades, como los juegos de azar y las apuestas, también están estrechamente imbricadas.

De hecho, la relación entre la dopamina y el juego se ha estudiado extendidamente, y abunda el material sobre el tema, tanto desde el plano científico como desde el área de las humanidades. Se sabe que la dopamina se libera en los momentos previos a una posible recompensa, como puede ser girar una ruleta o activar los carretes de una slot.

Justamente, la naturaleza de los juegos de azar los vuelve idóneos para la liberación de dopamina. Esto se debe a que imposible predecir con certeza cuándo se producirá la recompensa en las apuestas. De esta forma, la intermitencia genera un refuerzo del mecanismo cognitivo. Una suerte de obsesión con la impredecibilidad.

¿Dopamina en victorias o en derrotas?

Todas las expectativas hacen pensar que la adicción a la dopamina está más fuertemente vinculada con los aciertos en apuestas que con las pérdidas. Sin embargo, esto no es por completo acertado. De hecho, según Leonardo Frías, en su artículo publicado para la revista Global de la UNAM, la continuidad del jugador en las derrotas es lo que puede determinar un diagnóstico de ludópata.

Sin dudas, es en las victorias cuando el cerebro encuentra mayor cantidad de dopamina. Esto conlleva una sensación de bienestar y un impulso para continuar con la actividad. De ahí que sea tan difícil que los jugadores en racha se lleven sus ganancias y cierren las jornadas de apuestas: generalmente, tienden a seguir jugando.

Pero en las derrotas también se da algo muy importante. Se trata de la necesidad de recuperar ese “subidón” de dopamina, las ansias de volver a sentir ese pico de gratificación. En ese sentido, las derrotas forman parte del ciclo de las adicciones y son tan necesarias para la mentalidad de un ludópata como lo son las victorias.

El paso a la adicción y cómo mantenerse a salvo

En tanto que la actividad del juego se ritualiza y se vuelve cada vez más frecuente, el cerebro deja de procesar la dopamina de igual manera. Esto quiere decir que las dosis pequeñas no afectarán al individuo como lo hacían en primera instancia. De ese modo, se requiere una mayor exposición al juego para llegar a la sensación de placer.

Claro esto, esta tendencia está destinada al fracaso. Cuanto más tiempo se invierte apostando, más difícil es recobrar los picos de dopamina, y, paradójicamente, mayor es la necesidad por alcanzarlos. Se trata de un círculo vicioso, en el que el sistema de recompensa del cerebro tarda en actuar.

El sistema de recompensa, relacionado con los placeres, está sujeto al uso. Es decir que, cuanto más se utilicen las mismas vías para transmitir sustancias, menor será el impacto. Es el gran problema de las adicciones, que llevan a un aumento del consumo, o, en este caso, de la actividad.

Por todo ello, la aplicación de protocolos de juego responsable resulta imprescindible. Se trata de las medidas que deben poner en marcha los operadores de apuestas para salvaguardar la integridad de los clientes, proporcionándoles herramientas de control.

No es una responsabilidad individual de los usuarios, sino un compromiso de las autoridades de control y de los prestadores de servicios. Herramientas como los límites de sesión, de pérdidas o de apuestas puede acabar siendo determinantes para la salud de los jugadores.

Jerónimo Corregido – Estafa.info – Editor jefe de la sección de noticias