El reciente robo de joyas de la corona francesa ha sacudido al Museo del Louvre, en un caso que se suma al nutrido historial de robo en el entorno del arte. Los cuadros famosos han sido los principales blancos de los delincuentes: desde obras de Van Gogh hasta el doble hurto de El Grito de Munch.

El escándalo de las joyas se suma a los misterios de los cuadros robados.
¿Qué pasó en el Museo del Louvre?
El caso ya ha dado la vuelta al mundo: el 19 de octubre, un grupo de estafadores se hizo pasar por operarios para ingresar en el Museo del Louvre y efectuar un robo millonario.
Para ello, los dos improvisados obreros emplearon una escalera automática, de las que se utilizan para hacer mudanzas y arreglos técnicos, que les sirvió de puente desde la calle hasta un balcón del primer piso.
Hecho esto, ingresaron en la Galería Apolo, donde están instaladas las joyas de la corona francesa. Procedieron a romper las vitrinas y, en menos de 7 minutos, escaparon con un botín valuado en 88 millones de euros en el que se incluyen esmeraldas y diamantes de María Luisa de Austria, esposa de Napoléon, y zafiros de la reina María Amalia.
¿Algunos datos curiosos? Por ejemplo, a los ladrones se les cayó la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, que fue encontrada por la policía. Otro punto de interés: el Museo del Louvre ya estaba abierto, a pesar de ser menos de las 10 de la mañana, y algunos pocos visitantes se paseaban por sus salas.
Resulta llamativo que, pese a su estricto protocolo de visitas, el museo más importante de Francia haya sucumbido a un hurto tan alevoso. Cabe destacar que en el Museo del Louvre no se puede ingresar con bultos grandes, ni sacarse selfies, ni entrar tras haber salido, ni siquiera hablar en voz alta, a fin de preservar las obras.
Los mayores robos de la historia del arte
Los cuadros famosos siempre han sido un tesoro codiciado. En vista de sus altísimos precios, y del nutrido mercado negro del arte, no resulta extraño que las grandes obras se hayan transformado en un blanco predilecto de los ladrones de guante blanco, en épocas en que las estafas por correo electrónico aún no existían. Aquí van algunas historias muy recordadas.
Cuadros robados en el Museo Isabella Stewart Gardner
El museo estadounidense sufrió un gran robo en 1990. Quizás se trate del mayor golpe en una institución de arte, dado que el número de cuadros robados ascendió a 13. Entre ellos se incluyeron obras incunables como El concierto de Vermeer y Tormenta en el mar de Galilea de Rembrandt, dos de los mayores exponentes del Siglo de Oro neerlandés.
Los cuadros robados nunca volvieron a encontrarse. El FBI continúa con sus investigaciones, con sospechas que han llevado a la mafia irlandesa.
La Mona Lisa, otra vez en el Museo del Louvre
El gigante francés fue el marco para uno de los grandes robos del mundo del arte, en 1911, recordado sobre todo por la representatividad de la obra: la Gioconda, también llamada Mona Lisa, una de los grandes legados de Leonardo Da Vinci.
El hurto fue llevado a cabo por Vicenzo Peruggi, que había trabajado en el Museo del Louvre. Simplemente se escondió dentro de la sala, la desmontó, y partió al día siguiente. Recién cayó dos años más tarde, al intentar vender el cuadro en un anticuario florentino.
El doble robo de El Grito de Munch
La famosa obra de Edvard Munch, símbolo del expresionismo, fue robado por primera vez en 1994 de la Galería Nacional de Oslo, Noruega. La policía encontró al responsable algunos meses más tarde: Pal Enger, un exfutbolista. Con esto se restituyó la obra.
Pero no sería la última aventura de El Grito. Diez años años después volvió a ser robada, esta vez del Museo Munch de Oslo, junto con el cuadro Madonna, del mismo autor.
En esta oportunidad, fue un asalto violento, en pleno día y a punta de pistola. Las obras fueron encontradas dos años después, con daños por humedad y rasgaduras, y debieron pasar por un intenso proceso de restauración. Hubo varios condenados a prisión por el caso.
Dos lienzos de Van Gogh
El gran pintor neerlandés ha sido uno de los grandes blancos de los delincuentes, en vista del valor que ha cobrado su obra. En 2002, se dio un golpe en el Museo Van Gogh de Ámsterdam, de donde se extrajeron Vista del mar en Scheveningen y Congregación marchándose de la iglesia reformada en Nuenen.
Si bien los ladrones fueron capturados en 2003, las obras no lograron ser recuperadas hasta 2016, en un operativo internacional contra la camorra de Nápoles.